La epidemia de baile

Hey babies! Estaba buscando temas sobre los que escribir en el blog, cuando por mi mente pasó un flash de un suceso del que había escuchado hablar hace un tiempo y es una epidemia ocurrida en 1518 en Francia, donde la gente era incapaz de dejar de bailar y he pensado que estaría interesante hacer una entrada sobre lo sucedido así que, let's go!

A mediados de 1518, una señora se paró en mitad de una calle de Estrasburgo (Francia) y empezó a bailar. Siguió bailando todo ese día y el siguiente y el siguiente. No atendía a razones, bailaba sin parar. A finales de esa semana, otras 34 personas se habían unido a su baile. Cuando terminó el mes, había 400 personas bailando en la ciudad.

Esta epidemia mató cada día a 15 personas por infartos, ataques o simple cansancio. Hay muchas anotaciones médicas, noticias, etc sobre el asunto, pero nadie ha sabido nunca porqué empezaron a bailar, ni porqué no podían dejar de hacerlo.

Las epidemias de la danza

No era la primera vez que pasaba. La Nochebuena de 1021, 18 personas empezaron a bailar en la puerta de una iglesia en Cölbigk, un pequeño pueblo de Sajonia. El párroco, al comprobar que el ruido no le dejaba seguir la misa, salió y les ordenó que se callaran, pero ellos lo cogieron y bailaron alrededor de él.

En 1247, ocurrió algo similar en Erfut, también en Alemania y poco después, 200 personas perdieron la vida cuando el puente sobre el que bailaban se hundió bajo sus pies en Maastricht, Países Bajos. Durante el siglo XVI decenas de casos fueron registrados, por Suiza, Francia, Países Bajos y el Sacro Imperio Romano.

Pero, ¿qué paso en Estrasburgo? Esa es una pregunta que todavía no se ha podido responder con exactitud. Ni esa ni ninguna de las otras epidemias. La primera explicación era que, en realidad, se trataban de bailes que se practicaban en pleno éxtasis ritual por algún tipo de secta religiosa. Aunque esta teoría no se sostiene por ningún lado ya que la Inquisición no intervino en ninguna y, de hecho, nunca se les consideró herejes, sino, víctimas de una posesión demoníaca.

También se propuso la teoría de que el ergotismo tuvo algo que ver. El fuego de San Antonio era una enfermedad muy extendida en aquella época en la que un hongo, el Cornezuelo, infectaba el centeno llegando así a ser consumido. A partir de la sustancia del Cornezuelo se sintetiza el LSD, parece lógico que un brote de ergotismo pueda ser el origen de este tipo de epidemias. El problema surge en que dichas sustancias químicas pueden causar convulsiones y alucinaciones, pero no hacer que cientos de personas bailen durante días hasta llevarlas a la muerte.

La explicación de la medicina contemporánea

Los años previos a 1518 fueron terribles para Estrasburgo y toda Alsacia. Hubo hambrunas en el 1492, 1502 y en 1511. Los inviernos extremos y los veranos sofocantes hicieron que en 1517 fuera el año con la tasa de mortalidad más alta y durante agosto de ese mismo año, toda Alsacia se llenó de procesiones contra la posibilidad de un brote de peste u otra enfermedad.

Los textos de la época dejan claro que desde verano de 1517 hasta que empezó la epidemia de baile, las enfermedades se cebaron con la población, el hambre se hizo más profunda y la ansiedad no hizo más que crecer, por lo que según John Waller, profesor de Historia de la Universidad Estatal de Michigan, fue un caso de psicosis colectiva inducida por el estrés.

Aún sigue el misterio

Hubo otras epidemias parecidas más recientemente. El 30 de enero de 1962, tres niñas empezaron a reír en un pequeño pueblo de Tanzania. Poco tiempo después, 95 chicos más de la misma escuela empezaron a reírse también y lo hicieron durante 16 días, originando así una epidemia que causó más de mil casos y 14 colegios cerrados. O la más reciente, la epidemia de desmayos de Cisjordania en 1983, que acabó con 943 hospitalizaciones sin motivo aparente.

Aún hoy todo sigue siendo un misterio y no entendemos porqué se dan este tipo de fenómenos de "histeria colectiva" (como lo llaman algunos) y seguramente ese sea uno de los grandes retos de la medicina y psicología moderna.

Fuente: Xataka